El
asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, el Bogotazo, el 7 de abril son distintas
formas que se usan para referir el hecho histórico que giro dramáticamente la
historia de Colombia. Los académicos coinciden en considerarlo el origen de la
Violencia y sobre esto el cine ha propuestos muchos enfoques de comprensión. De
entre más de medio centenar de películas dedicadas al conflicto armado se
observa que las montañas, las lagunas, las selvas, los páramos son los espacios
geográficos donde se desenvuelven las diferentes tramas, exceptuando las que tratan
el magnicidio del líder político o la diáspora de desplazados que llenan los
cinturones de miseria de las ciudades.
El
cine como productor de imágenes ejemplifica muchas de las funciones más
significativas de cerebro humano: hacer memoria, no olvidar, usar el lenguaje
para decir. De esta manera, la relación del hábitat rural y el desarrollo de
medio siglo del conflicto armado se aborda por medio de la cinematografía
colombiana desde puntos de vista tan disímiles que se distancia de la
presunción de explicar este periodo de la historia con un puñado de conceptos e
informes que poco profundiza en la deshumanización de sus directos implicados.
Campesinos,
afrodescendientes e indígenas son los grupos sociales que más aportan a las
estadísticas oficiales porque, precisamente, son ellos los que ocupan el campo
y sufren el desarraigo de abandonar sus tierras, animales y modos de producción
que conllevan al menoscabo de sus tradiciones cultuales y sus perspectivas de
actual en su mundo. Películas como La
Sirga, El Páramo, Los actores del conflicto, Los colores de la montaña, Dos
mujeres una vaca, Operación E, Soñar no cuesta nada y Alias María entre
muchas otras ofrecen perspectivas valiosas para comprender la relación entre la
vida rural y el conflicto armado.
Lisandro Duque (2008). “Actores del
conflicto” es mucho más que una expresión de uso cotidiano, pues la película pone en la mira su paradoja en tanto lenguaje
y actuación. Tres actores, mimos que se rebuscan en la calle, planean hacer una
gira de “teatro comprometido” cuyo tema es el fenómeno
guerrilla-paramilitarismo, pero su posible benefactor los involucra en el
tráfico de armas. En este predicamento, los tres amigos resuelven apelar a su
oficio y desarrollar una puesta en escena que los ayudará a escapar del peligro.
Desde ese momento vida y teatro se confunden.
Ciro Guerra (2004). Relato de ficción que
crea una extraña relación entre dos personajes anónimos, uno sumido en la
pobreza, quien no consigue trabajo porque perdió una pierna en un ataque armado
y el otro, con lentes de soldador para protegerse del sol, ofrece servicio de
transporte en una silla que lleva en su espalda, tal cual como sucedió en la época
de la colonia cuando los esclavos llevaban a los españoles a cuestas a través
de una difícil zona boscosa conocida como el paso del Quindío. En esta amistad
compleja y dependiente descubren un pasado en común con una relación de víctima
y victimario, pues uno de ellos fue líder de muchas masacres.
Carlos Arbelez (2011). ¿Cómo enfrentan los niños el conflicto
armado? Manuel y su grupo de amigos saben que la violencia asecha, que los
grupos armados intimidan y exigen a sus padres parte del dinero que ganan
trabajando la tierra y criando animales, que el colegio es usado para otras
cosas, menos para educarlos, por lo que su disposición al juego es lo único que
mantiene en cierto equilibrio sus rutinas. Pero cuando el peligro se traduce en
masacres entienden que para preservar la vida deben sacrificar su mayor fuente
de alegría: la amistad.
Francisco Norden (1984). Basada en la novela
homónima de Gustavo Álvarez Gardeazabal, se refiere a la vida de León María
Lozano, quien después de defender heroicamente la Catedral de Tuluá de los
liberales que la intentan quemar como represaría por el asesinato de Gaitán,
adquiere fama entre sus copartidarios y es apodado “El Cóndor”. Este episodio
crea los “pájaros”, grupo armado financiado por el partido conservador y actor
principal de la violencia bipartidista. La historia de El Cóndor refleja, desde
sus orígenes, la complejidad del conflicto armado de nuestro país.
Efraín Bahamón (2016). El amor al terruño, el entusiasmo por una vida sencilla con
pocas preocupaciones se trastocan por una carta que no puede ser leída y por
los rumores de una incursión violenta. Rosana y Hermelinda, campesinas que no
saben leer, emprenden una travesía de varias horas para encontrar al alguien
que lea las ansiadas “buenas nuevas” escritas por Pastor, esposo e hijo. En el
recorrido, en compañía de Corina, la vaca y su tesoro más preciado, descubren
una masacre y quedan envueltas en una persecución por parte de las AUC. Las
tensiones entre la huida y la muerte, y un secreto odiado y perdonado estrechan
profundamente su relación.
José Luis Rugeles (2015). Describe la historia de una niña que, siendo combatiente de
la guerrilla, queda embarazada e intenta desertar en varias oportunidades.
Sufre persecuciones por parte del Ejército, por su compañero sentimental y por el peligro
latente que representa las AUC. Aun cuando en su recorrido se enfrenta a la
muerte, no se da por vencida porque se aferra a la esperanza que lleva en su
vientre. María representa la deshumanización de las mujeres en el conflicto
armado colombiano.
Jaime Osorio Márquez (2013). Es un relato de terror psicológico que acontece entre un
grupo de soldados que tiene la misión de recuperar una Base, ubicada en un
páramo colombiano, que ha sido tomada por la guerrilla. Este pequeño pelotón
está conformado por comandos adscritos al Batallón de Río Seco. El teniente,
comandante de la misión y un guía se unen a siete soldados que son leales al cabo
Cortez quien desconfía de los extraños porque considera que en la guerra
“ninguno es inocente, todos son informantes de la guerrilla”. Este escuadrón se
enfrenta al enemigo más temible y contra el que no fueron entrenados: su propia mente.
Luis Alberto Restrepo (2003). El futuro de los jóvenes
en el mundo rural se bifurca en dos bandos: 1. los que confían en la legalidad
y el Estado se vinculan a las fuerzas armadas, 2. los que por el contrario, ven
en el gobierno desidia y corrupción prefieren la insurrección. Esta es la
disyuntiva a la que se enfrentan dos hermanos que deciden transitar por caminos contrarios. Sin embargo, el militar
debe desertar para proteger a su familia, pero con la llegada a la gran ciudad
se enfrenta a retos que son cada vez más complejos y difíciles de solucionar.
William Vega (2012). Es la historia de una adolescente que presenció el asesinato
de su familia por un grupo armado. Ella busca refugio en el hotel de un tío que
no conoce. Con pocos diálogos la película se desarrolla a partir de encuadres
fotográficos bien elaborados. El silencio, los paisajes naturales y la rutina
envuelven, sin recelos, la violencia que
ronda las zonas rurales del país. La visión romántica de contemplación y
tranquilidad, que se atribuye al campo desde la ciudad, se ve cuestionada por los
habitantes que lo viven y padecen.
Carlos Moreno (2012). Un Domingo de elecciones
de alcaldes, Salvador sale como todas las mañanas a trabajar en su finca y
encuentra a la mitad del cultivo un amontonamiento de cadáveres. El impacto de
la situación lo impulsa desesperadamente a dirigirse al comando de la policía y
a la Alcaldía donde nadie le presta atención. Solo por medio de una denuncia
que hace por la radio es que la masacre atrae la atención de las autoridades, y
como atenuante, al municipio llega una comisión humanitaria como garante del
proceso electoral. La suma de todos estos factores muestra las encrucijadas a
las que se enfrentan las autoridades de los pueblos por la violencia