viernes, 17 de mayo de 2019

Ruralidad y conflicto en el cine


El asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, el Bogotazo, el 7 de abril son distintas formas que se usan para referir el hecho histórico que giro dramáticamente la historia de Colombia. Los académicos coinciden en considerarlo el origen de la Violencia y sobre esto el cine ha propuestos muchos enfoques de comprensión. De entre más de medio centenar de películas dedicadas al conflicto armado se observa que las montañas, las lagunas, las selvas, los páramos son los espacios geográficos donde se desenvuelven las diferentes tramas, exceptuando las que tratan el magnicidio del líder político o la diáspora de desplazados que llenan los cinturones de miseria de las ciudades.

El cine como productor de imágenes ejemplifica muchas de las funciones más significativas de cerebro humano: hacer memoria, no olvidar, usar el lenguaje para decir. De esta manera, la relación del hábitat rural y el desarrollo de medio siglo del conflicto armado se aborda por medio de la cinematografía colombiana desde puntos de vista tan disímiles que se distancia de la presunción de explicar este periodo de la historia con un puñado de conceptos e informes que poco profundiza en la deshumanización de sus directos implicados.

Campesinos, afrodescendientes e indígenas son los grupos sociales que más aportan a las estadísticas oficiales porque, precisamente, son ellos los que ocupan el campo y sufren el desarraigo de abandonar sus tierras, animales y modos de producción que conllevan al menoscabo de sus tradiciones cultuales y sus perspectivas de actual en su mundo. Películas como La Sirga, El Páramo, Los actores del conflicto, Los colores de la montaña, Dos mujeres una vaca, Operación E, Soñar no cuesta nada y Alias María entre muchas otras ofrecen perspectivas valiosas para comprender la relación entre la vida rural y el conflicto armado.


Lisandro Duque (2008). “Actores del conflicto” es mucho más que una expresión de uso cotidiano, pues la película  pone en la mira su paradoja en tanto lenguaje y actuación. Tres actores, mimos que se rebuscan en la calle, planean hacer una gira de “teatro comprometido” cuyo tema es el fenómeno guerrilla-paramilitarismo, pero su posible benefactor los involucra en el tráfico de armas. En este predicamento, los tres amigos resuelven apelar a su oficio y desarrollar una puesta en escena que los ayudará a escapar del peligro. Desde ese momento vida y teatro se confunden.

Ciro Guerra (2004). Relato de ficción que crea una extraña relación entre dos personajes anónimos, uno sumido en la pobreza, quien no consigue trabajo porque perdió una pierna en un ataque armado y el otro, con lentes de soldador para protegerse del sol, ofrece servicio de transporte en una silla que lleva en su espalda, tal cual como sucedió en la época de la colonia cuando los esclavos llevaban a los españoles a cuestas a través de una difícil zona boscosa conocida como el paso del Quindío. En esta amistad compleja y dependiente descubren un pasado en común con una relación de víctima y victimario, pues uno de ellos fue líder de muchas masacres.

Carlos Arbelez (2011). ¿Cómo enfrentan los niños el conflicto armado? Manuel y su grupo de amigos saben que la violencia asecha, que los grupos armados intimidan y exigen a sus padres parte del dinero que ganan trabajando la tierra y criando animales, que el colegio es usado para otras cosas, menos para educarlos, por lo que su disposición al juego es lo único que mantiene en cierto equilibrio sus rutinas. Pero cuando el peligro se traduce en masacres entienden que para preservar la vida deben sacrificar su mayor fuente de alegría: la amistad.

Francisco Norden (1984). Basada en la novela homónima de Gustavo Álvarez Gardeazabal, se refiere a la vida de León María Lozano, quien después de defender heroicamente la Catedral de Tuluá de los liberales que la intentan quemar como represaría por el asesinato de Gaitán, adquiere fama entre sus copartidarios y es apodado “El Cóndor”. Este episodio crea los “pájaros”, grupo armado financiado por el partido conservador y actor principal de la violencia bipartidista. La historia de El Cóndor refleja, desde sus orígenes, la complejidad del conflicto armado de nuestro país.


Efraín Bahamón (2016). El amor al terruño, el entusiasmo por una vida sencilla con pocas preocupaciones se trastocan por una carta que no puede ser leída y por los rumores de una incursión violenta. Rosana y Hermelinda, campesinas que no saben leer, emprenden una travesía de varias horas para encontrar al alguien que lea las ansiadas “buenas nuevas” escritas por Pastor, esposo e hijo. En el recorrido, en compañía de Corina, la vaca y su tesoro más preciado, descubren una masacre y quedan envueltas en una persecución por parte de las AUC. Las tensiones entre la huida y la muerte, y un secreto odiado y perdonado estrechan profundamente su relación.

José Luis Rugeles (2015). Describe la historia de una niña que, siendo combatiente de la guerrilla, queda embarazada e intenta desertar en varias oportunidades. Sufre persecuciones por parte del Ejército,  por su compañero sentimental y por el peligro latente que representa las AUC. Aun cuando en su recorrido se enfrenta a la muerte, no se da por vencida porque se aferra a la esperanza que lleva en su vientre. María representa la deshumanización de las mujeres en el conflicto armado colombiano.

Jaime Osorio Márquez (2013). Es un relato de terror psicológico que acontece entre un grupo de soldados que tiene la misión de recuperar una Base, ubicada en un páramo colombiano, que ha sido tomada por la guerrilla. Este pequeño pelotón está conformado por comandos adscritos al Batallón de Río Seco. El teniente, comandante de la misión y un guía se unen a siete soldados que son leales al cabo Cortez quien desconfía de los extraños porque considera que en la guerra “ninguno es inocente, todos son informantes de la guerrilla”. Este escuadrón se enfrenta al enemigo más temible y contra el que no fueron entrenados: su propia mente.

Luis Alberto Restrepo (2003). El futuro de los jóvenes en el mundo rural se bifurca en dos bandos: 1. los que confían en la legalidad y el Estado se vinculan a las fuerzas armadas, 2. los que por el contrario, ven en el gobierno desidia y corrupción prefieren la insurrección. Esta es la disyuntiva a la que se enfrentan dos hermanos que deciden transitar por  caminos contrarios. Sin embargo, el militar debe desertar para proteger a su familia, pero con la llegada a la gran ciudad se enfrenta a retos que son cada vez más complejos y difíciles de solucionar.

William Vega (2012). Es la historia de una adolescente que presenció el asesinato de su familia por un grupo armado. Ella busca refugio en el hotel de un tío que no conoce. Con pocos diálogos la película se desarrolla a partir de encuadres fotográficos bien elaborados. El silencio, los paisajes naturales y la rutina envuelven,  sin recelos, la violencia que ronda las zonas rurales del país. La visión romántica de contemplación y tranquilidad, que se atribuye al campo desde la ciudad, se ve cuestionada por los habitantes que lo viven y padecen.


Carlos Moreno (2012). Un Domingo de elecciones de alcaldes, Salvador sale como todas las mañanas a trabajar en su finca y encuentra a la mitad del cultivo un amontonamiento de cadáveres. El impacto de la situación lo impulsa desesperadamente a dirigirse al comando de la policía y a la Alcaldía donde nadie le presta atención. Solo por medio de una denuncia que hace por la radio es que la masacre atrae la atención de las autoridades, y como atenuante, al municipio llega una comisión humanitaria como garante del proceso electoral. La suma de todos estos factores muestra las encrucijadas a las que se enfrentan las autoridades de los pueblos por la violencia

jueves, 31 de enero de 2019

CORAZÓN ROTO


Se escucha una voz que no deja de insistir que su corazón está roto en cuatro partes, dividido radicalmente en sus cuatro cavidades. Dos espacios ansian estar llenos pero instantaneamente se vacían por los otros dos. Las auriculas sacan el mayor provecho del amor que entra por el movimiento de la diástole y los ventriculos reducen el sufrimiento por el esfuerzo de la sístole al tiempo que alimenta la esperanza porque el ciclo se repetirá. La auricula derecha, la valiente, corresponde al amor que abandonó; la izquierda, la emancipada, busca el amor de sus padres; el ventriculo derecho, el mesquino, se niega incondicionalmente a todo; el izquierdo, el bondadoso, palpita por sus hijos.


¿Y es que acaso nunca entregaste tu corazón completamente? Siempre se entrega plenamente a madres y padres cuando estan junto a ti, cuando se depende de ellos. Se divide en dos cuando la pasión te impulsa, cuando la oxitocina te hace vibrar por la piel sudorosa que se une a la tuya, cuando descubres que comiezas a depender de un extraño. Te das cuenta que se divide en tres en el robo de tus pecados y te desesperas por las vibraciones que dejaste de sentir. Aceptas que el viejo desconocido se escapo de tu comprensión. Ahora ese espacio debes preservarlo para ti. Florece un acontecimiento inimaginado: debes depender sólo de ti. La alegría de la cuarta división es por la perdida de sueño y la angustia por la tos nocturna de una nueva vida. Un hijo lo llena todo, pero al trancurrir del tiempo te das cuenta que corresponde sólo a una parte.

Pero que el corazón se divida para amar a cada quien como corresponde no significa que se rompa en cada uno de sus pedazos.
—Madres y padres mueren y el latido disminuye su potencia. Aparece la primera fractura, sangre y oxigeno mantienen niveles aceptables. Pierdes el amor pasional y te acostumbras al amor acólito. Tras la segunda grieta en tu torrente ya no circula serotonina, es la misma sangre con escasa dopamina. Peleas por proteger tu posesión, el tercer quiebre es inevitable. Tu amor por ti se hace añicos, desaparecen las fuerzas para fingir una sonrisa. Queda el eslabón infranqueable de los hijos, descubres que sus corazones se dividen en dos, hay menos para ti. ¿Reconoces que mi corazón está roto en cuatro partes?
Eso no te lo voy a discutir. Aquí se han suturado muchos corazones como el tuyo y salen como nuevos. Al regresar explican con soltura la diástole y la sístole: a veces es placentero estar lleno, otras tantas es suficiente estar vacío.

miércoles, 9 de enero de 2019

RUEDA DE PRENSA



—Buenos días, ¿puede contarnos sobre su experiencia en cautiverio?

—Gracias por su interés en lo que pasó. No sé si prefiere que hable sobre el deterioro del alma o que me refiera al sentimiento que supera la esperanza y que es un acompañante permanente o que explique por qué surge el síndrome de Estocolmo o que describa la precariedad del lugar que ocupé o que recuerde las personas que me maltrataban y cuidaban, cuya única convicción era seguir órdenes.

Si le parece bien prefiero hablar de lo que sucede después del cautiverio. Cuando regresé al seno de mi familia entendí la expresión “mundos paralelos” porque los obligados a vivir en ambos mundos nos enfrentamos a la limitación de los significados de las palabras y a no poder usarlas con el tono y el contexto adecuado. Otra cosa son los sentimientos de las personas que nos quieren, por alguna razón su sufrimiento es mayor que el nuestro, incluso terminamos por ser culpables de ello.

Pienso en las veces que he escuchado “ya no eres el mismo” ¿es un juicio, es resignación, es una afirmación que, a falta de comprender de lo que pasa, es preferible al silencio? ¿por qué el silencio es más ofensivo que las frases cliché que aparentemente trasmiten los sentimientos del momento? No encuentro razones para aceptar que nuestros sentimientos son más importantes que los de los demás, tampoco que me hagan responsable por ellos y mucho menos que me pidan explicar aquello que no entiendo.

Olvidamos, tal vez, lo más importante para comprender y explicar el cautiverio: el tiempo. La compresión sólo surge con el paso del tiempo. Para comprender es necesario olvidar y recordar. Solamente sabemos lo que hemos olvidado cuando lo recordamos. Ahora, no es sólo recordar el dolor sentido en el cautiverio, sino recordar también los pensamientos que ayudan a cualquier secuestrado a mantener la cordura. Pensamientos que en ese momento son recuerdos de las cosas bellas que se viven en el pasado y que reconfortan en la oscuridad del limbo que se siente al estar secuestrado.

Espero no haberme desviado de la pregunta inicial y confío que mi testimonio esté a la altura de la importancia que ustedes generosamente han dado a este encuentro. ¡Muchas gracias!

—No más preguntas.

¿SABES QUE SENTIMIENTO SUPERA LA ESPERANZA Y AYUDA A SOPORTAR EL CAUTIVERIO?
¡TU OPINIÓN ES IMPORTANTE!